Terremoto de 7.8 grados Richter golpea Ecuador
Por Paola Atziri Paz
El sábado pasado, Ecuador fue sacudido por uno de los sismos más fuertes de toda su historia.
Con 7.8 grados en la escala de Richter, el terremoto ha dejado carreteras deshechas, edificios caídos, viviendas destruidas, personas heridas y cientos de muertos en la zona norte de Ecuador.
El movimiento telúrico se produjo a las 18:58 hora local con epicentro en la provincia de Manabí, entre los balnearios costeros de Cojimíes y Pedernales, colindante con Esmeraldas.
Hasta el momento, se han producido 214 réplicas, según confirmó el Instituto Geofísico de la Politécnica Nacional. Sin embargo, no hay alerta ni amenaza de tsunami. Las ciudades más afectadas son Manabí, Pedernales y Portoviejo.
El día de hoy, César Navas, ministro de Seguridad de Ecuador, informó que la cifra de muertos se eleva a 413 y más de 2,500 heridos.
El domingo por la noche, el vicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, indicó que para el auxilio de los heridos se instalaron dos hospitales móviles en la zona y aproximadamente 241 profesionales en salud (paramédicos, médicos e integrantes de la Cruz Roja Ecuatoriana). También llegó ayuda de expertos y rescatistas provenientes de Venezuela, Chile y Colombia.
Esta mañana, el gobierno de México informó que 112 elementos de Protección Civil y de la Cruz Roja Mexicana salieron hacia Ecuador para brindar ayuda a la población de ese país. Se informó a través del protocolo de Ayuda Humanitaria que la misma noche del terremoto, 12 integrantes de la Unidad Estatal de Protección Civil y Bomberos de Jalisco (UEPCBJ) viajaron a Ecuador para brindar su apoyo en la búsqueda.
Se espera poder encontrar a personas con vida debajo de escombros debido a que, según información de Topos México, es posible que durante cuatro días una persona se mantenga viva en estos lugares.
El terremoto de Ecuador es uno de los más fuertes de la última década en América Latina. En 2007, Perú sufrió un sismo de 8.0 grados y, en 2010, Chile fue golpeado por uno de 8.8 grados. Una vez más los estragos de la naturaleza dejan ciudades devastadas.
