Un profesor en Washington y Donald Trump

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J. Jesús Esquivel

Corresponsal de la revista Proceso en Washington

@JJesusEsquivel

Un profesor en Washington y Donald Trump

Washington – Falta mucho para saber quién será el candidato presidencial del Partido Republicano, tiempo que debería aprovechar el gobierno de México para preparar una estrategia de contención ante la eventualidad de que ganara Donald Trump.

La insistencia de Trump de que si se convierte en presidente expulsará a los mexicanos indocumentados de Estados Unidos y revocara el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tendría que ser tema obligado de discusión y preocupación en la embajada de México en Washington.

Un plan de contingencia para una crisis de éxodo de mexicanos hacia México, otro para posibles pleitos ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) en acuerdo con Canadá, y uno más para un escenario caótico de seguridad en la frontera común por el cierre de puentes transfronterizos, ya debería estar siendo elaborado por el embajador Miguel Basáñez.

No estoy diciendo que Trump va a ser el candidato presidencial de los republicanos, sigo pensando que no lo será; y si lo es, considero que caerá derrotado con facilidad por Hillary Clinton, quien cada vez se perfila más como la abanderada de los demócratas.

Sin embargo, las embajadas en la capital estadunidense si alguna responsabilidad primordial tienen, es la de definir estrategias preventivas ante las perspectivas políticas y electorales de los Estados Unidos. Más vale prevenir que lamentar.

Basáñez lleva casi seis meses como embajador de México en Estados Unidos, pero sigue comportándose más como “profesor” o académico que como el emisario diplomático de Enrique Peña Nieto. Su labor al frente de la embajada se ha destacado hasta hora por las frivolidades: recibió, para tomarse una fotografía y difundirla por medio de un comunicado de prensa, a la niña Sophie Cruz, quien se saltó las vallas de seguridad para acercase al Papa Francisco, cuando éste visitó la capital estadunidense en septiembre del año pasado, por ejemplo. Aprovechó al centro académico Woodrow Wilson Center, que recibe un pago anual del gobierno de Peña Nieto de poco más de 70 mil dólares, para ahí hacer la presentación del libro que escribió en ingles: A World of Three Cultures, Honor Achivement and Joy (Un Mundo de Tres Culturas, Honor, Logros y Alegría). Y con regularidad encabeza eventos culturales en el Instituto Cultural Mexicano, que más que para difundir la cultura nacional, el lugar es ya como un centro de reuniones de la socialite mexicana en Washington para tomar vino y comer canapés. Basáñez en su papel de “profesor” y académico.

En cada viaje que realiza por los consulados de México en los Estados Unidos, el “profesor” Basáñez aprovecha para hacer presentaciones de su libro. Anda pues en gira académica. Desde su llegada a Washington fue obvia su falta de experiencia, no solo diplomática, sino de astucia política para asumir las riendas de la delegación diplomática más importante de México en el extranjero.

¿Por qué Peña Nieto mandó a un “profesor” a Washington en momentos políticamente importantes para la relación bilateral? Solo el mandatario y la lealtad a las amistades de su familia lo saben.

Esta semana, el “profesor” anduvo de gira en Los Ángeles, California, Houston (acompañando a su benefactor, quien recibió un premio), El Paso y Laredo, Texas. Este miércoles estuvo en México porque tenía que estar presente en la visita que hizo al país el Vicepresidente Joe Biden, por el tema del Diálogo de Alto Nivel, que sin la presencia del presidente Barack Obama, de Alto Nivel no tiene nada, y menos en la agonía de su mandato.

Trump ganó el sábado pasado la elección primaria en Carolina del Sur y ganará la asamblea electoral de Nevada. Esto no significa que vaya a ser el ganador de la nominación republicana. Pero si el próximo martes 1 de marzo Trump surge con un promedio ganador de las elecciones primarias y asambleas electorales que se realizarán en 15 estados, sí se acercaría más a la posibilidad de ser candidato presidencial.

El próximo proceso electoral primario en Estados Unidos, conocido como el “Supermartes”, es como un catalizador que depurará a la plana de los demás candidatos republicanos: Ted Cruz, Marco Rubio, Ben Carson y John Kasich. Los dos últimos de esta lista si no obtienen un número respetable de votos, podrían anunciar su partida y con ello obligar a Trump a mejorar su estrategia de campaña para derrotar a Rubio y a Cruz. Este es un escenario de gran preocupación internacional, bueno, hasta nacional. Los dirigentes del partido republicano están alarmados por la posibilidad de que Trump sea su candidato y por ello ya preparan una estrategia de reparación de daños.

Si el “profesor” Basáñez por estar metido en la promoción de su libro no se da cuenta de esto, ojalá sí lo haga la Secretaría de Relaciones Exteriores en México. Al que madruga, dios lo ayuda.

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