J. Jesús Esquivel
Corresponsal de la revista Proceso en Washington
@JJesusEsquivel
EUA conocía los sobornos de El Chapo
Washington – Las audiencias de la semana pasada del juicio contra Joaquín, “el Chapo” Guzmán Loera, en la Corte federal estadounidense en Brooklyn, abrieron la Caja de Pandora ofreciendo datos que pintan a un sistema político y marcial plagado de corrupción por narcotráfico.
Primero, lo dicho en Nueva York debería ser investigado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Me refiero al presunto soborno de 100 millones de dólares al expresidente Enrique Peña Nieto por parte del líder de una de las fracciones del Cártel de Sinaloa.
Claro, la información del caso salió de labios del criminal y narcotraficante Alex Cifuentes Villa, quien testifico en Brooklyn en contra del Chapo y carece de credibilidad. Hay que resaltar como dato irrevocable y que de esto emana la exigencia a AMLO de indagar a fondo el asunto, que Cifuentes Villa vivió muchos meses al lado de Guzmán Loera en la Sierra de Sinaloa, que fue socio, confidente y un lugarteniente muy cercano del capo. De acuerdo con el testimonio del colombiano ante la Corte de Brooklyn, fue en octubre de 2012 cuando una mujer identificada por él como “Comadre María”, a nombre del Chapo le entregó a Peña Nieto los 100 millones de dólares.
El expresidente supuestamente había pedido al Chapo 250 millones de dólares para dejar trabajar al Cártel de Sinaloa durante su mandato que todavía ni empezaba en ese octubre. Adicionalmente, Cifuentes Villa como para poner la cereza en el pastel de sus escandalosas declaraciones, enfatizó que a través de los oficios del consultor político preferido por el PRI, el venezolano, J.J. Rendón; el Cártel de Sinaloa contribuyó con dinero en efectivo al financiamiento de la campaña presidencial en 2012 del hijo predilecto de Atlacomulco.
Atando cabos y machacando con esto que AMLO nos debe la investigación del asunto, en 2012 era secreto a voces el rumor de que en la campaña de Peña Nieto había dinero del narco y la intervención directa de Rendón en la guerra sucia en ese tiempo en contra de quien fuera candidato del PRD y ahora presidente.
Volviendo al personaje clave, Cifuentes Villa, el narcotraficante colombiano a mediados de febrero de 2014 contó a fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos todo lo referente al pago de los 100 millones de dólares a Peña Nieto y lo de la subvención del Cártel de Sinaloa a la campaña del candidato del PRI en 2012.
Sin perder el orden cronológico podemos hacer conjeturas que ayudan a esclarecer un poco la nebulosa corrupción por narcotráfico en el sexenio de Peña Nieto. El Chapo fue capturado el 22 de febrero de 2014 en el hotel Miramar de Mazatlán, Sinaloa.
El operativo de captura del Chapo lo anunció Peña Nieto como un éxito de su gobierno. Se informó que fueron elementos de la Marina los que agarraron al Chapo mientras dormía tranquilamente al lado de su esposa Emma Coronel y sus pequeñas mellizas.
El 19 de julio de 2015, ocho días después de que el Chapo se fugara por un túnel del penal de alta Seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México, publiqué en la edición 2020 del semanario Proceso que no fue la Marina, sino agentes de la DEA, CIA y US Marshals, vestidos de marinos mexicanos quienes en realidad arrestaron al Capo. Para ese reportaje cité a fuentes no identificables, ese fue el acuerdo con el agente de la DEA que me lo dijo en Tucson, Arizona, y me enseñó las pruebas: videos y fotografías tomadas por él con su teléfono celular dentro de la habitación cuando arrestaron al Chapo.
Regreso a las audiencias de la semana pasada del juicio en Nueva York. El agente de la DEA, Víctor J. Vázquez, se presentó como testigo del gobierno de Estados Unidos para incriminar al Chapo.
Orgulloso y arrogante, Vázquez hizo un minucioso recuento de la captura del Chapo en febrero de 2014. Para sustentar su papel preponderante en el operativo, presentó videos y fotografías en las que se le ve operar en México como si fuera jefe de las fuerzas armadas. El agente estadounidense va armado y vestido con el uniforme de la Marina.
Al escuchar el testimonio “on the record” de Vázquez en la Corte en Brooklyn, hoy puedo decir abiertamente que fue él mi fuente para el reportaje de Proceso en julio de 2015. Hagan sus propias conclusiones para determinar si se tiene y debe exigir a AMLO una investigación del asunto surgido la semana pasada en el juicio contra del Chapo.
A mediados de febrero de 2014 Cifuentes Villa informó al gobierno estadounidense sobre los sobornos del Chapo a Peña Nieto.
Fue el 22 de febrero de ese mismo año cuando Vázquez, al frente de un operativo de la DEA, CIA y US Marshalls, capturó a Guzmán Loera, y no la Marina.
¿Quién autorizó a un agente extranjero vestirse de marino mexicano y portar armas de alto poder sabiendo que esto es ilegal y viola los preceptos constitucionales y soberanos de México?
¿Con la colaboración de quién y a que nivel gubernamental el Chapo pudo escaparse del Altiplano por un túnel?
¿Por qué el gobierno de Estados Unidos se quedó callado sobre el presunto pago de 100 millones de dólares del Chapo a Peña Nieto?
¿Tener esta información en su poder sería acaso la herramienta con la que la DEA chantajeó al gobierno mexicano para que permitiera que sus agentes portaran armas y profanaran como lo hicieron; sin el menor pudor al sagrado uniforme de la Marina y a la soberanía nacional?
Las casualidades no existen.
