Desmemoria y lavado de cerebro

  • 0
Tamaño de fuente:
Imprimir

J. Jesús Esquivel

Corresponsal de la revista Proceso en Washington

@JJesusEsquivel

 

 

 

Desmemoria y lavado de cerebro

 

Washington – No he leído a un sólo historiador y de la nacionalidad que sea que sostenga que una sociedad debe ser desmemoriada.

Por el contrario, la memoria histórica es fundamental para defender la democracia, los derechos civiles y humanos.

México, una nación con profundas raíces culturales e históricas padeció el siglo pasado durante las siete décadas de hegemonía priista los peores ataques políticos, de lavado de cerebro y se impuso la corrupción.

Pese a su hambre de libertad los mexicanos sufrieron y se acostumbraron a los abusos de poder por parte de algunos gobernantes herederos del triunfo revolucionario. Se impusieron como norma al fraude, a la manipulación y compra de votantes como regla electoral.

El saqueo a las arcas del Estado, los políticos lo establecieron como compensación a su servicio público y sacrificio por la nación.

En los años 60’s la juventud mexicana irreverente y, motivada por los eventos que sucedían en Europa, se lanzó a las calles con el grito de ¡Ya basta! El gobierno respondió a la demanda con la fuerza bélica.

En octubre se cumplen 50 años de aquella tragedia de Tlatelolco y nunca lo olvidaremos, simplemente no podemos; la historia lo exige.

La guerra sucia que por razones políticas lanzó el gobierno priista en la década de los 70’s contra los que buscaban opciones democráticas distintas, sigue embarrada en las paredes de las cárceles del horror como Lecumberri; centro palaciego para las violaciones a los derechos humanos y cuyas historias o mitos a la fecha siguen enchinando la piel.

Esas prácticas maquiavélicas en esas dos décadas, por ejemplo, cumplieron su cometido al hacer indolente a la necesidad democrática de un país que ante el abuso gubernamental ya no votaba ni se manifestaba porque decía: “para qué lo hago si ganan siempre los mismos”.

En 1988 mi generación de juventud vio abierta una ventana de oportunidad con la irreverencia de un priista de cuna y heredero revolucionario. El ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas rompió con el PRI, se enfiló como candidato del cambio y en esas elecciones su triunfo se palpaba en cada rincón del país, tal y como se sintió este año y en este siglo con la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

El candidato ganó porque así lo quiso el electorado y no hubo fraude, pero Cárdenas no, porque se impuso el fraude y se declaró presidente a un junior del abuso del poder y la corrupción; Carlos Salinas de Gortari.

El coautor y operador de ese golpe a la democracia y a una juventud mexicana ansiosa de justicia se llama Manuel Bartlett Díaz.

El sistema político hegemónico y de corrupción lo defendió y lo arropó. Se cayó el sistema dijo el descarado político y ahora senador por el PT y propuesto por López Obrador para ser director de la Comisión Federal de Electricidad.

La magnitud de su victoria del 1 de julio da a López Obrador el derecho de la duda, pero no la infalibilidad para equivocarse.

Todos tenemos derecho a la reivindicación y al arrepentimiento, pero Bartlett no se ha arrepentido y jamás aclarado qué fue exactamente lo que hizo ese maldito domingo del fraude electoral en 1988.

Creo en la reconciliación y no escatimo felicidad por la victoria democrática del pasado 1 de julio, pero defiendo a la memoria histórica porque es esencial para la salud democrática.

López Obrador puede errar y cambiar de opinión, dicen que es de sabios hacer justamente eso.

Lo ocurrido la noche del 26 de septiembre de 2014 con los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa es una herida que sigue sangrando. Vivos se los llevaron y vivos los queremos.

Olvidar y justificar ese crimen sería aceptar la verdad histórica de los hechos que nos quiso implantar el gobierno de Enrique Peña Nieto.

La desmemoria es un interés político, no es esencia de la libertad.

El multihomicidio de la Narvarte, tres años de impunidad - 01/08/2018
Atrás El multihomicidio de la Narvarte, tres años de impunidad - 01/08/2018
Perspectivas - Entrevista a Tatiana Clouthier - Preguntas personales
Siguiente Perspectivas - Entrevista a Tatiana Clouthier - Preguntas personales
Entradas Relacionadas

Escribir comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *