#Elecciones2018: tiempo de lobos

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Ernesto Ledesma Arronte

Director General de Rompeviento TV

Email: [email protected]

 

 

 

#Elecciones2018: tiempo de lobos

 

 

En los últimos dos meses, el tema central en México han sido las elecciones para renovar la presidencia de la república, el Congreso, la gubernatura en nueve estados y cientos de cargos a nivel municipal. Se trata del proceso electoral más grande y también el más violento en la historia de nuestro país.

 

En el último mes, los dardos apuntaron a la disputa por el segundo lugar en las encuestas; y en las últimas dos semanas, los partidos de la coalición “Por México al Frente”, encabezada por Ricardo Anaya y el PAN; así como la coalición “Todos por México”, encabezada por José Antonio Meade y el PRI, ya no sólo disputaron la narrativa del segundo lugar, sino que comenzaron a desacreditar a las principales encuestadoras, entre ellas las del diario Reforma, El Financiero, Berumem, contratado por la COPARMEX, Encuestas Mitofsky, y el Barómetro Electoral Blomberg, que colocaron a López Obrador 20 puntos porcentuales arriba del segundo lugar y 25 o 30 puntos del tercer lugar.

 

Según se mira en el ambiente citadino y rural en congruencia con los datos que arrojan las encuestas, las cartas democráticas y legítimas están marcadas, pero para el poder del Estado y los Poderes Fácticos, esas cartas pueden desaparecer y aparecer otras. Las señales están a la vista:

 

  • Una larga lista de denuncias por el robo de boletas electorales en diversos estados de la República mexicana, sin intervención contundente de los árbitros electorales.
  • Una gigantesca lista de denuncias públicas por compra y coacción del voto no sólo a ciudadanos, sino también a representantes de casillas.
  • Señales penosas e inaceptables del INE, que avaló la entrega de las tarjetas IBU, “salvo buen cobro”, es decir, tarjetas de débito a domicilio por 1,500 pesos, sin fondos, sólo cobrables en caso de triunfar el candidato Ricardo Anaya.
  • Una violencia política imparable. Más de 130 políticos han sido asesinados, 48 de ellos candidatos y precandidatos.
  • La incalculable compra del credenciales electorales dentro de las instalaciones del CEN priista.
  • La operación electoral del gobernador de Veracruz y el ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, entre otros.
  • Y, de última hora, el anuncio de una fiscalización poselectoral del INE contra Morena.

    Estos son solo algunos ejemplos.

 

Es de facto conocido que en México los fraudes electorales no son excepción, y en la semana previa a la elección las cúpulas priistas y panistas, a través de sus voceros y de sus propios candidatos, han insistido una y otra vez en que es muy posible que el resultado electoral no corresponda con las encuestas. Lo dijo hace pocos días Aurelio Nuño, Coordinador de Campaña de José Antonio Meade, en una entrevista con Ciro Gómez Leyva, vamos a verlo:

 

https://www.youtube.com/watch?v=1qsIfvko9CY

 

Pero no sólo el representante del PRI hizo ese señalamiento, el pasado 27 de junio, en el programa de la periodista Carmen Aristegui, Alfredo Figueroa, representante del equipo de Ricardo Anaya, tuvo otra penosa y cínica intervención, y señaló lo siguiente:

 

https://www.youtube.com/watch?v=SuUIjmN1Blo

 

Como usted pudo observar, tanto Alfredo Figueroa como Mariana Benítez, la representante del PRI en esa mesa de debate, le exigen a Jesús Ramírez, representante de Morena, que se comprometan a aceptar el resultado electoral del 1 de julio próximo. La insistencia no tendría ningún asomo de suspicacia en una contienda reñida, pero en esta elección esto no es así; por surrealista que parezca, los candidatos que están 20 y 25 puntos porcentuales debajo del puntero en prácticamente todas las encuestas del país, le exigen al puntero que se comprometa a aceptar el resultado. ¿Qué ganan con ese comportamiento y esas presiones, esparcen el miedo, ganan más votos, nos predisponen para que nos vayamos acostumbrando a ese escenario?

 

Los rumores sobre el mayor fraude electoral en la historia de México se intensificaron esta última semana. Muchas hipótesis y escenarios posibles hemos venido poniendo sobre la mesa diversos periodistas, analistas políticos, activistas y ciudadanos en general.

 

¿Le alcanzará al PRI de Peña Nieto o al PAN de Ricardo Anaya el fraude electoral? Es una de las grandes preguntas en este momento histórico, pero no es la única, hay otra… 

 

¿Se atreverá Enrique Peña Nieto a operar un fraude descarado, a cielo abierto, con el reflector del planeta en México y en él?

 

Las complicidades mostradas de último momento entre Alfredo Figueroa, representante de Ricardo Anaya, y Mariana Benítez, representante de José Antonio Meade, en el programa de Carmen Aristegui pueden interpretarse como la última dentellada de la hiena herida de muerte, o bien, como un plan perfectamente desarrollado en el que a través de un monumental fraude electoral se da por triunfador al segundo o tercer lugar de las encuestas, Morena impugna la elección, el TRIFE intenta ganar credibilidad concediéndole la impugnación y ordena repetir la elección.

 

¿Se atrevería a tanto Enrique Peña Nieto? Yo no lo sé de cierto, sólo presento elementos concretos de otro posible e insultante escenario político electoral.

 

Con un gobierno tan maltrecho, debilitado al grado de tener un 80 % de desaprobación de la población civil, malogrado económicamente, y con más de 250 mil personas asesinadas y más de 35 mil desaparecidas en los últimos 12 años, ¿tendría Peña Nieto el cinismo de aventarse esa rifa?

 

Mi fantasía es estar equivocado y que en realidad el fraude no le alcance a los orcos.

 

Lo que me queda claro es que en México la tierra es roja y el cielo está encapotado, y la esperanza la llevamos en el pecho.

 

Tal vez nos llegó la hora de los lobos.

Tal vez nos llegó la hora de las lobas.

 

Y así como una loba y una madre aúllan por sus cachorros o cachorras desaparecidas, tal vez es  tiempo de levantar el aullido para ganar, si bien no la democracia en su más amplia acepción, sí la democracia electoral, y ganar un respiro. Después de 12 años infernales, un respiro nos vendría muy bien...

 

Tal vez es tiempo de rescatar la analogía de hombres y mujeres como lobos y lobas. Tal vez es tiempo de organizarnos y cuidarnos como los lobos y lobas en sus manadas, tal vez es tiempo de que la totalidad de la manada se haga responsable del cuidado de los lobos recién nacidos. Tal vez es tiempo de cuidar y defender el nacimiento de una loba o lobo que llevará por nombre Democracia Electoral, y entonces, en ese respiro, replantearnos el país que queremos, y andarnos juntos, como lobas y lobos, hasta lograr el país que soñamos.

 

Tal vez es tiempo de salir locas y locos de contento a votar, pero no sólo a eso, salir también a cuidar el voto y verificar que los responsables de cuidar nuestro voto lo entreguen debidamente a quien toca.

 

Tal vez es tiempo de lobas y lobos, tal vez es tiempo de Nujuaqtutuq, aquel lobo de Guillermo Arriaga en su extraordinaria novela “El Salvaje”.

 

Tal vez es tiempo de los lobos, tal vez…Wolf.

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