Claudia Soriano Segoviano. Psicoterapeuta Gestalt y Psicocorporal
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Depresión
“Francamente, estaba horrorizado con la vida, con lo que un hombre tenía que hacer simplemente para comer, dormir y mantenerse vestido. Entonces me quedaba en la cama y bebía. Cuando bebía el mundo aún estaba allí afuera, pero por el momento no te tenía agarrado del cuello”.
Charles Bukowski
La depresión es un estado emocional y mental, que se caracteriza principalmente por la presencia de una profunda tristeza, sentimientos de culpa, falta de autoestima, pérdida de interés o placer, sensación permanente de cansancio, falta de concentración y trastornos del sueño o del apetito. Esta puede llegar a convertirse en crónica dificultando de manera importante la capacidad para afrontar la vida cotidiana. Etimológicamente la palabra depresión proviene del latín depressus, que significa abatido o derribado.
La depresión se escapa de la voluntad de querer estar bien, y de no ser reconocida en sus inicios va avanzando, haciendo que sea más cada vez más complicado salir de ella. Las causas que la provocan se deben a diferentes factores, ambientales y genéticos.
Con frecuencia se considera que las personas que están deprimidas es por una falta de fuerza de voluntad, de no querer sentirse bien y ven a quien la padece como a una persona débil que no es capaz de ver la vida de una forma más positiva, y no falta que le digan el frecuente “échale ganas”, sin saber que no es una cuestión de falta de ganas de salir de ese oscuro agujero.
Hay personas que al estar viviéndola se resisten a reconocer que padecen este trastorno, debido a que sienten pena por no ser capaces de salir adelante solos. De esta forma, no reconociéndola y ocultándola, es difícil que pueda detectarse en sus primeras fases, permitiendo así que vaya avanzando.
La depresión puede surgir de dos maneras, y es muy importante saber distinguir si se trata de una depresión exógena o endógena. La depresión exógena se presenta debido a factores externos como pérdidas, duelos, separaciones afectivas, entre otras que generan una gran tristeza. La endógena, surge por ser propensos a padecer la enfermedad aunque no exista ninguna situación externa que la produzca. Este tipo de depresión tiene un origen netamente químico, debido a la alteración de varias sustancias neurotransmisoras producidas en el cerebro, que regulan el estado de ánimo, entre las principales están la serotonina y la noradrenalina.
Los síntomas que podemos identificar en las primeras fases de la depresión son entre otros, la falta de concentración en las actividades que se realizan de manera cotidiana, pérdida del apetito, trastornos del sueño, cansancio sin causa aparente, cambios en el comportamiento habitual, no disfrutar de momentos con los seres queridos, preferir estar solos, sentirse irritados, sentir culpa sin fundamento, dejar de hacer algo por falta de sentido o emoción hacia esas actividades que antes se disfrutaban.
Cuando alguien padece depresión, con frecuencia percibe la vida de una manera digamos “distorsionada”, acompañada de sentimientos de desesperanza, indefensión y poca capacidad para llevar a cabo los asuntos del día a día. Esto se debe a que el trastorno afecta a un nivel neurológico el funcionamiento del lóbulo frontal del cerebro, el cual es el responsable de la conducta propositiva y el razonamiento.
Estas distorsiones que vive la persona con depresión, pueden llevarle a comportamientos que agravan la situación, como por ejemplo no pedir ayuda por pensar y sentir que ya nada puede hacerse al respecto, dejar la psicoterapia (si la están tomando), los medicamentos (habiendo sido prescritos por un psiquiatra), beber o drogarse en exceso, abandonarse por completo y en conclusión hacerse daño, llegando a niveles alarmantes.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la depresión es un trastorno cada vez más frecuente, y se calcula que actualmente afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, de todas las edades y condiciones sociales.
Desde las primeras fases de la depresión, es muy importante y necesaria la intervención terapéutica de un psicólogo o psiquiatra, que pueda ayudarte a detenerla y controlarla, ya que cuando ésta se encuentra en un nivel muy avanzado, pueden presentarse distorsiones de la realidad, síntomas psicóticos y conductas suicidas, que incluyen el deseo de morir, la planificación del acto suicida, y el intento y ejecución del suicidio. Por eso la importancia de buscar ayuda lo antes posible, cuando sientes que no puedes superar los estados de tristeza, con todos los demás síntomas que he mencionado, y permitas que la situación avance sin darte cuenta, y que esto se vaya convirtiendo en depresión.
Ojalá esta información te sirva de ayuda para darte cuenta de si estás viviendo deprimida o deprimido. Si es tu caso, es altamente recomendable pedir ayuda. Si quieres venir a terapia ante esta situación, mándame un mensaje de whatsapp al 5522558651 para platicar y hacer una cita, de verdad me encantará poder acompañarte.
