La nostalgia

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Claudia Soriano Segoviano. Psicoterapeuta Gestalt y Psicocorporal

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                                                                           La nostalgia

                                                                                                                                                                                                                                                            “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió” 
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                    Joaquín Sabina

 

¿Quién no ha sentido nostalgia alguna vez? Regresar a esos lugares y momentos de nuestros recuerdos que nos han generado felicidad, y revivirlos una y otra vez. La nostalgia es ese anhelo que sentimos por personas, situaciones, lugares y vivencias del pasado, y es más intensa que los simples recuerdos, más vívida, y generalmente nos produce el deseo de volver atrás en el tiempo. De ahí seguramente surge el dicho de que “todo tiempo pasado fue mejor”.
La palabra nostalgia viene del griego “nostos” regreso, y “algia” sufrimiento.
Sentimos nostalgia cuando añoramos el pasado, pueden ser sólo momentos, épocas, o cualquier etapa de la vida en donde nos recordamos que fuimos más felices.
La nostalgia es un estado de ánimo, y en muchas ocasiones recurrimos a ella para escapar de nuestra realidad actual, en la cual muy probablemente no nos sintamos tan satisfechos, plenos o felices. El riesgo de recurrir de manera continua a la nostalgia, es que podemos aislarnos de lo que en la actualidad nos rodea, de lo que ahora vivimos, y hacerlo puede generarnos sentimientos de soledad, exclusión y desconexión de las personas que nos rodean. 
Podemos incluso quedarnos anclados en el pasado, dejando de buscar el sentido actual de nuestra existencia. La nostalgia puede ser provocada de manera consciente, podemos sentarnos a buscar esas partes de nuestra vida en las que nos sentíamos mucho mejor de lo que nos sentimos ahora; y también en muchas ocasiones surge de manera espontánea al entrar en contacto con un olor, una canción, algún objeto o con imágenes que nos llevan a evocar ese recuerdo.
He conocido personas que de manera casi permanente viven desconectadas de su presente, debido a que consideran que definitivamente su pasado fue mejor, y entonces invierten enormes cantidades de energía en querer recuperar esa época a toda costa, cosa que está por demás decir es imposible.
Un ejemplo podría ser sentir nostalgia por la infancia, que hagamos lo que hagamos no regresa, o por una relación amorosa muy significativa que terminó y no hay manera de recuperarla, o tal vez una posición económica que por diversas cuestiones perdimos y que resulta casi imposible volver a tener. En realidad no
importa lo que añoremos, lo significativo aquí es que al no poder traerlo al presente nos puede generar una enorme infelicidad y frustración.
Cuando permaneces en la nostalgia, es muy probable que te sientas triste y alejado de las personas que te rodean y que son significativas para tí, y entonces esa soledad y aislamiento en el que te encuentras, sólo hace más grande la pena. 
 
En estas circunstancias es difícil que puedas apreciar y adaptarte a las nuevas condiciones que la vida te brinde. Entonces la nostalgia puede llegar a convertirse en melancolía, la cual es un estado emocional que se caracteriza por una profunda tristeza, y cuando esa tristeza se prolonga, puede generar depresión. 
 
Sin embargo la nostalgia tiene también aspectos positivos, ya que nos prepara para experiencias nuevas, que tienen similitudes a otras del pasado, y eso nos llena de entusiasmo por aquello que esperamos. El recordar experiencias pasadas e imaginar el futuro, te hace sentir más fuerte en poco tiempo, pues te sientes más seguro. 
La nostalgia llamémosla “ocasional”, a la que recurrimos de vez en cuando y que nos hace evocar momentos felices puede ser benéfica, ya que nos cambia el estado anímico que el presente nos genera, y entonces podemos regresar a éste con otra mirada y otro impulso. 
Muchas amistades y relaciones perduran o se hacen más fuertes gracias a la nostalgia. ¿Te has encontrado con un viejo amigo de la infancia y al conversar sobre el pasado la relación renace? Algo similar pasa con las parejas que antes de terminar la relación hablan sobre ella, y encuentran muchos recuerdos y experiencias que no desean perder.
Está comprobado que durante momentos inciertos y de transición, recordar momentos felices nos da cierto soporte. 
Por lo tanto, la nostalgia puede tener aspectos favorables para nuestros estados anímicos y de pensamiento. Sin embargo puede resultar peligroso recurrir a ella de manera más permanente, o incluso decidir anclarnos en el pasado. Recordar dicen que es volver a vivir, sólo no dejemos de vivir nuestro momento actual.
Si sientes que estás atada o atado al pasado, y no logras encontrarle sentido y alegría a tu vida presente, te propongo que vivas un proceso terapéutico. Para ello puede mandarme un whatsapp al 5522558651 para platicar y hacer una cita.

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