Ricardo González Bernal
Coordinador del Programa Global de Protección de Article 19
Durante la última década, la defensa del medio ambiente se ha tornado cada vez más peligrosa. Mientras que el modelo de producción y explotación de los recursos naturales sigue avanzando de manera desmedida en gran parte del mundo, las voces que se oponen son acalladas con métodos cada vez más violentos provenientes de los círculos de poder directamente beneficiados. Como en muchos otros países, la depredación y despojo ambiental que está teniendo lugar en Camboya ha implicado la precarización de la vida de sus habitantes y la profundización de la corrupción de los gobiernos que supuestamente deberían protegerles.
Los bosques que cubren el territorio de Camboya constituyen uno de los pulmones más importantes del Sudeste Asiático. Además del cúmulo de biodiversidad que ahí se concentra, la historia del pueblo camboyano se encuentra íntimamente ligada a ese ecosistema no sólo como una fuente de alimento y subsistencia, sino también como escenario de las desventuras y tragedias que ha padecido.
Tal vez la más grave sea el genocidio que tuvo lugar entre 1974 y 1979 y cuyas huellas
son visibles hasta hoy. El boquete generacional y demográfico que dejó la brutal política de ingeniería social de Krem Rouge es palpable tanto en la capital como en las regiones más alejadas. En las calles de Phnom Phen, la capital, aún se puede ver personas mutiladas por las minas anti-personales sembradas durante la guerra. Camboya, además de ser un destino turístico, es el recordatorio constante de la capacidad de adaptación y omnipotencia que puede llegar a tener un sistema político y económico que no muere.
Pocos regímenes han tenido el infame privilegio de convertiste en adjetivo. Polpotiano es una etiqueta utilizada actualmente para caracterizar lo peor del totalitarismo y hace referencia al líder del Krem Rouge, Pol Pot, quien instrumentó una política de exterminio sistemático motivado por una mezcla de socialismo maoísta y nacionalismo supremacista.
El sistema de control social gestado en el seno de una de las versiones más brutales y totalitarias del ejercicio del poder en la era moderna, ha logrado sobrevivir los procesos judiciales de la Corte que investiga los crímenes cometidos por el régimen genocida de Krem Rouge y hasta la instauración de un sistema de partidos que dio pie a una de las cleptocracias más funcionales de la historia.
Ojalá esto fuera una exageración, pero a continuación presento una cita textual del Relator Especial para Camboya ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Yash Ghai, en 2006:
"No se necesita experiencia en derechos humanos para reconocer que muchas de las políticas del gobierno [de Camboya] han subvertido los principios esenciales de la democracia y del debido proceso, ha privado gente de sus recursos económicos y medios de subsistencia, y les niega su dignidad. He llegado a creer que estas políticas son parte integral de los sistemas políticos y económicos a través del cual las reglas de gobierno, que ha manipulado los procesos democráticos, socavaron la oposición política legítima, y se utiliza el Estado para la acumulación de riqueza privada. En definitiva, creo que el rechazo deliberado del concepto de un Estado gobernado por el imperio de la ley ha sido central en la bodega del partido gobernante en el poder ."
Efectividad. Eficiencia. Palabras que pueden definir un régimen que ha crecido a la sombra de la relación entre China y los Estados Unidos y está marcado por la enorme cantidad de recursos naturales que proliferan a lo largo del privilegiado territorio del mítico río Mekong.
Proteger las voces del bosque
En 2012, el programa global de protección realizó una evaluación de riesgo de las personas que defienden derechos humanos en Camboya. Una tarea , obviamente, complicada y plagada de amenazas. Defender derechos humanos es, hasta la fecha, una actividad sujeta a todo tipo de restricciones, regulaciones y, mínimamente, a la sospecha del gobierno encabezado por Hu Sen, quien gobierna desde 1979 un sistema basado en corruptelas, despojo y represión.
En 2012 identificamos a las personas que defienden derechos ambientales como el sector más vulnerable en Camboya. Una de las personas con las que se reunió en ese entonces la misión de evaluación de riesgo fue Chut Wutty, un joven activista que se oponía a la tala ilegal y depredación de los bosques. Pocos meses después de haberse publicado el informe, Wutty fue asesinado en un retén militar. Viajaba de regreso, según sus colegas del Grupo Nacional para la Protección de los Recursos Naturales, después de haber recabado información sobre la tala ilegal en la región boscosa de Kong Chet a manos de una compañía china que construyó una presa hidroeléctrica.
Inspirados en el ejemplo de Chut Wutty, ARTICLE19 lanzó esta semana el projecto Voces Verdes, el cual tiene como objetivo fortalecer las capacidades de autoprotección de personas que trabajan en la defensa de los recursos naturales en Camboya, así como expandir las alternativas para buscar, recibir y difundir información relacionada con la conservación y explotación ilegal de los bosques en la zona noroeste del país, haciendo uso de tecnologías de la información y de comunicación.
Para ARTICLE19, la protección efectiva de las personas que defienden el medio ambiente, así como su trabajo, es una necesidad urgente. Durante la próxima semana, los cordinadores de los programas globales de protección, asuntos digitales e incidencia, estarán ofreciendo talleres formativos, realizando entrevistas con autoridades civiles y militares, así como documentando la situación de seguridad para elaborar un estrategia a tres años.
Estamos concientes de que, hoy más que nunca, en Camboya se necesitan voces capaces de comunicarse de manera segura, efectiva y en condiciones de igualdad para romper el ciclo de despojo, violencia e impunidad que padece ese país.
