Margensur (México: agujeros en el tiempo)

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Alejandro Saldaña Rosas

Sociólogo. Profesor Investigador de la Universidad Veracruzana

Twitter: @alesal3 / Facebook: Compa Saldaña

México: agujeros en el tiempo

 

Al menos tres hechos ocurridos en México en días recientes nos conducen directamente a otros tiempos: dos sucesos nos llevan hacia el pasado, uno hacia el futuro.

  1. El primer agujero en el tiempo de México es el feroz ataque cibernético contra Rompeviento TV –espacio al que considero mi casa- que nos lleva directamente al echeverrismo. La agresión que inició el martes 28 de junio y provocó que Rompeviento TV dejara de funcionar normalmente, evoca el golpe al periódico Excélsior ocurrido en 1976, el 8 de julio para ser precisos. Ese día la asamblea destituyó a Julio Scherer García de la dirección del periódico y nombró al venal Regino Díaz Redondo; como se demostró cabalmente, el artífice del llamado “golpe a Excélsior” fue el entonces presidente Luis Echeverría, quien no toleró el periodismo crítico ejercido por Miguel Ángel Granados Chapa, Froylán López Narváez, Enrique Maza, Vicente Leñero, José Emilio Pacheco, Gastón García Cantú y Carlos Monsiváis, entre otros colaboradores del periódico dirigido por Scherer y Hero Rodríguez Toro. Posterior a su salida de Excélsior, ese grupo de notables y valientes periodistas fundó la revista Proceso, cuyo primer número vio la luz en noviembre de 1976.

            El ataque evoca el golpe a Excélsior por dos razones: i) en primer lugar porque Proceso y Rompeviento TV iniciaron el día 27 de junio un proyecto de colaboración para que la revista tenga un espacio en el canal de televisión por internet. No es ninguna casualidad que a un día de formalizada la alianza Proceso-Rompeviento TV se lance un feroz ciberataque en contra del medio digital; ii) en segundo lugar porque el origen de los ataques es el mismo: el gobierno mexicano. Es imposible demostrar que la brutal embestida contra Rompeviento TV se origina en las cloacas del gobierno de Peña Nieto, pero no seamos ingenuos: si alguien se ha sentido incómodo con los reportajes, las entrevistas y los análisis de nuestro medio es el gobierno mexicano. No cualquiera tiene la capacidad técnica, los recursos económicos, la hijoeputez y la imbecilidad para lanzar un ataque de la magnitud del que ha sufrido nuestro medio, por lo que colegimos que el culpable tiene la foto de Peña Nieto en su oficina.

            Exactamente cuarenta años después del golpe a Excélsior que a la postre daría origen a Proceso, la historia se repite: el gobierno ataca a Rompeviento TV inmediatamente después de su alianza con la prestigiada revista. En lo absoluto es una coincidencia, se trata de un agujero en el tiempo que nos conduce a un pasado que pensábamos no regresaría más.

  1. El segundo agujero en el tiempo de México es la abierta amenaza de Osorio Chong en contra de los maestros: “se ha agotado el tiempo”, dijo el Secretario de Gobernación, declaración que recuerda aquella de Díaz Ordaz previa a la matanza del 2 de octubre: “hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite”. Luego de la carcajada de la hiena, el asesinato de estudiantes, amas de casa, trabajadores.

            El responsable de la política interior corta cartucho (como titula el semanario Proceso en su edición más reciente) y amenaza abiertamente no solo a los maestros sino a los miles de pobladores que se han sumado a su causa en todo el país, si bien en Oaxaca y Chiapas el movimiento es ya una verdadera insurrección popular. El ultimátum de Osorio Chong es parte de la andanada en medios de comunicación en contra de la CNTE y busca crear las condiciones para reprimir abiertamente a los maestros que resisten a la mal llamada reforma educativa.

            La lucha del magisterio no ha mermado luego de la matanza de Nochixtlán, por el contrario, ha sumado a miles de voluntades indignadas que entienden que la resistencia de los maestros es la resistencia popular en contra de las reformas estructurales del régimen peñista. Suponer que la “solución” es la represión al movimiento significa que no se comprende la raíz profunda, inmensa e histórica, del conflicto: la exclusión social de miles de indígenas y mestizos pobres que encuentran en el magisterio prácticamente la única posibilidad de movilidad social. Además, el movimiento popular articulado en torno a la CNTE es el embrión de una reforma que realmente incida en la educación de los niños y las niñas del país desde los contextos específicos en los que viven y estudian. Y hacer una reforma educativa realmente profunda, incluyente y democrática enuncia la posibilidad de construir un país donde quepamos todas y todos.

  1. El tercer agujero en el tiempo de México nos conduce al futuro. En Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, el pequeño Nerón cordobés, ha impulsado un conjunto de marrulleras iniciativas para establecer las condiciones institucionales que le den impunidad. El descaro de Duarte ha obligado a la dirigencia de su cártel a deslindarse tibiamente de sus locuras, pero el gobierno de Peña Nieto no ha llamado al orden y a la “institucionalidad” (palabra que adora el régimen) para meter en cintura –es un decir- al aún gobernador de Veracruz.

            La última treta de Duarte no le funcionó: el nombramiento de un subalterno, Francisco Portilla Bonilla, como fiscal anticorrupción. Pero aun con ese tropezón, el blindaje institucional ha ido avanzando, inclusive con la intervención del grupo de golpeadores llamado los 400 pueblos. En su estrepitosa debacle, Javier Duarte aún puede hacer mucho daño a Veracruz, pero al gobierno federal el tema no parece importarle en demasía.

            En el estado se cruzan apuestas sobre la intervención del gobierno federal en el cochinero duartista; hasta donde tengo entendido, los momios favorecen a que Peña Nieto va a intervenir para hacer un mínimo control de daños. Mi apuesta es en el sentido opuesto: si interviene el “gobierno” de Peña será una mera simulación, una pantomima, para guardar ciertas formas y un mínimo decoro, porque al huésped de Los Pinos le interesa aprender de la experiencia veracruzana. Al alero del refrán “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon tu copete a remojar”, Peña Nieto toma acuciosa nota del blindaje de impunidad en Veracruz, para cuando le toque dentro de dos años.

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