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Alternativas e inacciones ante las contingencias ambientales

Por: Tinta Incógnita**

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Alternativas e inacciones ante las contingencias ambientales

 

En lo que va del año, la Fase I de Contingencia Ambiental ya se ha activado en cuatro ocasiones, la más reciente hace apenas unos días. El 15 de marzo se activó la contingencia por primera vez en 11 años, luego de que la “extremadamente mala” calidad del aire superó los 200 puntos Imeca. Desde entonces no ha pasado ni un mes sin que los niveles de contaminación de la ciudad superen los 150 puntos Imeca, que activan la Fase I según el nuevo programa de Contingencia Atmosférica.

Uno pensaría que con esta alarmante evidencia de contaminación el gobierno de la Ciudad de México y el federal pondrían manos a la obra para frenar esta grave situación que amenaza la salud de los más de ocho millones de capitalinos que habitamos esta urbe de cielos grisáceos. Sin embargo, las autoridades no han hecho más que aplicar paliativos como el Hoy No Circula Especial.

Es urgente solucionar a profundidad este desastre ambiental que respira el Valle de México y que los gobiernos de Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la “CDMX”, y Eruviel Ávila, gobernador del Estado de México, no han podido resolver ni parecen realmente interesados en asumir esta responsabilidad. De hecho, según Mancera, “la Ciudad de México está cumpliendo con su tarea”.

 

¿Cómo funciona la contingencia ambiental?

El Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT) analiza los niveles de concentración de cinco contaminantes criterio: dióxido de azufre (SO2), monóxido de carbono(CO), dióxido de nitrógeno (NOx), ozono (O3) y partículas suspendidas (PM10, PM2.5). Las mediciones se traducen a una escala de referencia, el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA), y se publican cada hora.

Se declara la Fase I de Contingencia Ambiental cuando alguno de los contaminantes criterio supera los 150 puntos Imeca, y se pasa a Fase II si se sobrepasan los 200 puntos Imeca. Esto es decretado por la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) en coordinación con los gobiernos de la Ciudad de México y el Estado de México, con base en la información del SIMAT.

Para solucionar este desastre ambiental es necesario resolver el problema de fondo y no solo aplicar meros paliativos como el programa reforzado del Hoy No Circula. Así que es necesario entender el origen de la contaminación que navega los cielos de la Zona Metropolitana del Valle de México.

 

¿Qué genera la contaminación en la zona metropolitana?

De las emisiones contaminantes, el 46% puede atribuírsele al transporte, el 21% a la industria y el 20% al sector habitacional, según estadísticas de la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA). Más de la mitad de estas emisiones son generadas en el Estado de México, según datos preliminares del Inventario de Emisiones 2014 que elabora la SEDEMA.

A pesar de su enorme contribución a la contaminación de la zona metropolitana, el Estado de México tiene insuficientes y muy tímidas medidas de regulación ambiental, así como una deficiente e irregular red de transporte público, y un sistema de verificación vehicular de muy reducido alcance.

 

¿Qué hacer ante la insoportable contaminación?

El transporte, como principal sector contaminante, debe regularse con urgencia. Se ha reforzado el programa “Hoy No Circula”, pero esta es solo una medida paliativa que no soluciona el problema de fondo, menos aun si se consideran las graves irregularidades y corrupciones del programa de verificación vehicular.

México necesita endurecer sus políticas de regulación a la industria automotriz en materia ambiental, y exigir estándares de emisiones más estrictos, como ya se hace en Estados Unidos y muchos otros países del mundo. Además, se podrían aplicar sanciones fiscales a los vehículos con mayores emisiones contaminantes, para desincentivar su compra y uso.

En contraparte, se deberían dar incentivos fiscales para el uso de vehículos eléctricos o híbridos, con miras hacia una transición energética en el mercado automotriz, con lo que estos medios de transporte más amigables con el ambiente serán más accesibles para la población.

Reducir las emisiones de los transportes automotores es una medida necesaria, pero para una solución de fondo es indispensable reducir drásticamente su uso, así que es necesario impulsar un sistema integral y eficiente de transporte público, a la vez que se genera el espacio para que peatones y ciclistas estén seguros y que esta práctica se vuelva cotidiana.

La población flotante también es un importante causante de la contaminación, diariamente ingresan a la Ciudad de México más de un millón 720 mil personas provenientes sobre todo del Estado de México. Toda esta gente satura los sistemas de transporte público y la circulación vehicular para llegar a su lugar de estudio o de trabajo.

En esta innecesaria migración cotidiana se pierden alrededor de 386 mil horas hábiles, en traslados de dos horas o más en la mayoría de los casos. Esta situación debería evitarse, no solo por el beneficio ambiental y de movilidad que conlleva, sino también en aras de la productividad y del mejor vivir de esa población.

Sería recomendable expandir y mejorar las escuelas para que los estudiantes puedan recibir educación de calidad cerca de su lugar de residencia, así como regular el mercado laboral para evitar que los empleados tengan que realizar largos trayectos para llegar a su lugar de trabajo. Con esto se reducirían las emisiones contaminantes a la vez que se aliviaría el tráfico vehicular.

Esto tendría que hacerse a la par de una rezonificación urbana para integrar sectores habitacionales para todos los estratos sociales cerca de los centros educativos y las zonas de alta demanda laboral, para que así los habitantes de las ciudades tengan acceso a empleo, salud, educación, entretenimiento y cultura dentro de su barrio o “miniciudad”, y puedan llegar a estos servicios caminando o en bicicleta.

Hay muchas otras estrategias que es necesario aplicar ante la contaminación, como la educación ambiental, la cultura de la sustentabilidad, el manejo de áreas verdes y la reforestación urbana. También sería conveniente fortalecer la investigación en este rubro y hay medidas puntuales indispensables que hace falta realizar, como la actualización de ciertas Normas Oficiales Mexicanas (NOM).

Como ciudadanos es nuestro deber estar pendientes de que estas urgentes acciones realmente se hagan, y de presionar a las autoridades para hacerlas. No nos dejemos engañar por la aparente mejora en la calidad del aire que pueden traer consigo las lluvias. Si no se atiende este grave problema ambiental la situación no hará más que empeorar.

* Tinta Incógnita es un colaborador de la sección de Artículos de Opinión de Rompeviento TV. El anonimato es un juego y una pregunta: ¿vale más lo que escribe la pluma o la pluma que lo escribe?

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